Es una patología crónica no transmisible en la que las arterias presentan una tensión persistentemente alta que a largo plazo puede dañarlas al igual que a los órganos que irrigan.
Cuanto más alta es la tensión y más tiempo se mantiene elevada por encima de valores normales, más esfuerzo tiene que realizar el corazón para bombear sangre y más probabilidades de producirse enfermedades cardiovasculares y muerte.
Constituye el factor de riesgo cardiovascular más prevalente en el mundo y en nuestro país, y ya que generalmente no presenta unos síntomas claros, puede pasar mucho tiempo antes de ser detectada.
Tener hábitos de vida saludable como llevar una dieta adecuada, disminuir el consumo de sal, calorías, azúcares y grasas, y aumentar la práctica de ejercicio físico seguro, disminuye la probabilidad de padecer hipertensión arterial y de sus complicaciones.
También se recomienda dejar de fumar y evitar el consumo de alcohol en exceso.
Te recordamos que es una patología tratable, pero su falta de control puede desencadenar complicaciones graves. Consulta con el médico especialista todas tus inquietudes.